Orosia era la abuela de los dueños, que son también sus agradables camareros y uno de ellos con bastante parecido, y el nombre uno de mis bares favoritos y el más visitado por mí en Ciudad Real, en la calle Libertad. Es un bar pequeño, luminoso y bonito donde siempre se está bien, tiene cerveza Estrella de Galicia, una gran variedad de vinos asequibles (Laya de Almansa, Paso a paso de La Mancha, J. Francisco, López Haro de La Rioja, Séptimo Sentido de Villacañas, Honoro Vera de Calatayud, etc.) y tapas calientes elaboradas a elegir y a buen precio. El servicio es muy agradable. El único problema es que tiene siempre las mismas seis tapas, y esto no es lo óptimo para los habituales. Los domingos hacen un plato especial que reparten generosamente. Tiene unas cuantas mesas donde, si quieres, te ponen de comer.
Últimamente tienen la costumbre de hacer una tapa diferente cada día que no está en carta y han cambiado de cerveza, que ahora es Heineken. También amenazan con que cambiarán completamente el diseño del bar, cosa que no desearía, pues es así como me gusta, y puede perder su calidez. Les ofrezco comprarles las lámparas, pero ya las tienen comprometidas con el dueño del local.
