Martinho Costa es un portugués (Fátima 1977) que viaja sin cámara de fotos, porque él es testigo del mundo con la mirada del pintor, esa mirada lenta, apurada, sin narrativas, ni discursos morales o de cualquier otro tipo, sin otra cosa que no sea el puro acto de la presentación de las cosas hechas pintura. Y en eso consiste su viaje, el ver y entender en nuevos lugares porque los estamos observando con nuevos ojos.
Como un pintor viajero del XVIII, saca su cuaderno y anota sus experiencias visuales en el nuevo mundo manchando sus páginas con colores al óleo. Son apuntes rápidos sobre lo que es pintable, sin un afán de lo perfecto, sino solo como una aproximación, despojado de tecnología y responsabilidad, sin el miedo que proporciona la tela, el gran soporte espectáculo. Esta aproximación le ayuda a trabajar más rápida e intensamente, a pintar "sin red," con el gesto largo e impredecible, a un trabajo más de "músculo" y menos "de pensar".
A partir del 25 de enero y hasta el 14 de marzo, pueden verse sus últimas obras en la galería Silvestre de Madrid, Doctor Fourquet 21, en una expo titulada Testigo, en la que podemos hojear un cuaderno original y las ediciones de sus tres cuadernos de notas al óleo que la propia galería ha publicado.
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Obras de Martinho Costa