Hacer un desmoche [ cortar el tronco principal ] o un terciado [quitar la tercera parte de las ramas o dos tercios según distintas escuelas de jardinería] es prácticamente cepillarse al árbol. En un árbol normal lo que habría que hacer es quitar las ramas que están secas o enfermas y, prácticamente, dejarle expresarse de forma normal. Con los cortes lo único que haces son unas heridas muy grandes por las que entran virus y hongos y al cabo del tiempo tendrás un árbol podrido que al primer viento perderá ramas o se caerá».
-César Javier Palacios, geógrafo y jardinero profesional perteneciente al Observatorio de Árboles Monumentales de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente y colaborador de la Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono (ARBA)
Fisiológicamente el árbol no requiere poda. Lleva millones de años evolucionando sin nosotros y se defiende solo. En un bosque hay unas podas naturales. Si hay mucha sombra el árbol elimina ramas, y también se pierden otras por las heladas o la presión de los herbívoros. Las podas son un parche a un problema que se ha generado en el momento de la plantación porque no ha habido una planificación.
-Luciano Labajos, jardinero, maestro de jardineros y miembro de Ecologistas en Acción
-Fernando Fueyo, pintor y autor de libros ilustrados de vegetación
Los almendros desmochados de la fotos superiores, en el paraje de El Hondo, tienen más de cien años y alguno de ellos morirá por ser podados ya brotados. Los demás tienen ya una muerte segura cuando las tremendas heridas hechas, y no cerradas, inicien su putrefacción.