La vida de Salamanca pasa por su churrigueresca Plaza Mayor. Sentados en una mesa de sus terrazas, junto a un ribera y un
farinato, podemos dibujar cómodamente el trasiego de estudiantes, turistas, unionistas y demás salmantinos en su ocio. Y luego un helado y un buen café en el Lovelty, fundado en 1903, con los fantasmas de Unamuno y Torrente Ballester.
Los dibujos están hechos con un pilot 0,5 sobre un diminuto cuaderno A7 de paper-oh.