Matisse. Lujo, calma y voluptuosidad. 1904. Después de estar en St. Tropez con Signac. |
Máscara Gabón |
Por otra parte, el colonialismo francés en África había creado un mercado de artefactos exóticos como telas de vivos colores, máscaras y otras figuras talladas de rituales subsaharianos. Los jóvenes artistas parisinos pensaron que eran impulsos primarios sin domesticar ni corromper por el materialismo occidental, que destilaban libertad.
Matisse. Collioure Interior. 1905 |
Derain. Puerto de Collioure. 1905 |
Derain. Barcas de Collioure.1905 |
(Una mujer cuestionó su obra La raya verde argumentando que las mujeres no tienen la nariz verde; a lo que Matisse contestó: eso no es una mujer, señora, es un cuadro).
Querían ir más allá de lo logrado en la pintura. Matisse y Derain pasaron el verano juntos en Collioure y dibujaron cientos de cuadros, dibujos y esculturas. Cuadros desinhibidos de fuertes y alegres colores que recrean una atmósfera, un sentimiento, más que describir un lugar. A su vuelta, a Vlamick le encantan, y se pone como loco a pintar directamente de los tubos de color.
Vlaminck. El estanque de L'Ursine. 1905 |
Estas obras, junto a las de Rouseau el aduanero, son las que llenarían las paredes de la sala VII del Salón de Otoño de París de 1905, donde también se exponían, en otras salas, 33 obras de Paul Cézzane, 62 de Odilon Redon y 35 de Renoir. También había obras de Ingres, Manet y Kandinsky. El comité bienal elegido lo formaban los alumnos de Moreau Matisse, Rouault y Piot, el crítico Louis Vauxcelles y Roger Marx.
Marquet.Playa de Fecamp. 1906 |
Manguin. Camino del Parque. 1905 |
El Fauvismo, que tuvo su bautismo en este famoso Salón de Otoño, en la sala VII del Grand Palais de París, representó la primera ruptura del siglo XX. El nombre viene de una crítica de la revista Gil Blas sobre la exhibición de Derain, Matisse, Vlaminck, Marquet y Manguin con obras de colores y líneas distorsionadas que significaban una liberación y una rebelión contra el sistema académico. El crítico conservador Louis Vauxcelles, con el seudónimo Luis Mayer, comentó con desdén en su artículo: Donatello parmi les fauves (Donatello rodeado de fieras, animales salvajes).
En una expo de1908 de George Braque denominaría su estilo como bizarrerías cubistas, lo que daría nombre a otro movimiento de las vanguardias.
Au centre de la salle, un torse d’enfant, et un petit buste en marbre, d’Albert Marque, qui modèle avec un science délicate. La candeur de ces bustes surprend, au milieu del’orgie des tons purs: Donatello chez les fauves...(En el centro de la sala, un torso de niño y un pequeño busto en mármol de Albert Marque, que modela primorosamente. El candor de esos bustos sorprende en medio de la orgía de tonos puros: Donatello entre las fieras...).
André Derain sería el alma de esa exposición y el más radical en los principios de prioridad del color, sin volumen, sombra o perspectiva, con pinceladas irregulares, colores puros y duros, intensos y saturados al máximo. Colores que expresan energía, vibración, alegría... en fin, la utopía del mundo moderno. Se quiere expresar más que describir.
Derain. Estaque. 1905 |
Derain.Paisaje Chatou. 1905 |
Si los impresionistas investigan sobre la luz, el color y el movimiento, Matisse investigó sobre el sentido del espacio, el orden y la armonía. A pesar de ser llamado calificado como salvaje, Matisse era todo lo contrario. Serio, sobrio y padre tres hijos. Buscaba que el arte fuera como un sillón, que da descanso a la fatiga física. A pesar de ello, resultó ser el autor de las obras más escandalosas de la exposición, como Mujer con sombrero, un retrato de su mujer Amélie. Fue adquirido inmediatamente por Sarah Stein, cuñada de Gertrude.
Matisse comprendió que solo el juego armónico de los colores puros podía volver a dar un arranque y una energía a la dimensión espacial, saqueada e inflacionada por la facilidad y la indolencia de las prácticas académicas, también puesta en riesgo por la fijeza del principio de los colores complementarios defendido por los divisionistas.
El pintor ya había visitado el Magreb, pero es tras su visita con Marquet a la exposición de Mónaco sobre arte islámico en 1910 cuando reorienta su trabajo. Había usado un variado repertorio de formas y morfologías del Oriente y de África; una amplia gama de restos islámicos, africanos, del Lejano Oriente (especialmente japoneses); pero ahora toma una nueva importancia el diseño inspirado en las decoraciones, por ejemplo, de las cerámicas persas o turcas tipo Iznik (platos de 1540, 1500 y 1480 arriba). Mis cuadros se organizan para las combinaciones de manchas y arabescos, reconoce.Georges Rouault, más cercano al expresionismo, aporta drama y emoción. De joven aprendió a hacer vidrieras y esos fuertes colores contenidos en las líneas gruesas de las junturas caracterizará su obra. También discípulo de Maureau, una gran influencia, así como su gusto por el arte medieval y las tremebundas novelas de León Bloy. Es por eso que no pintó cuadros alegres y coloristas al estilo de sus compañeros, sino más bien el mundo sórdido de París, la fealdad y la depravación de la humanidad. Con tintes cada vez más expresionistas.
Jean Metzinger.Paisaje. 1904 |
Braque. Costa Amarilla. 1906 |
Braque se añadiría al movimiento en 1906 con sombras de ocre y naranja en un equilibrio de ritmos geométricos (A la derecha: L'Estaque, 1906). En el Salón de Otoño de 1906 se incluyen obras de Friesz , Van Dongen y Rouault.
En 1908 el movimiento se disuelve ante las nuevas influencias e ideas emergentes. Matisse camina hacia una poética más personal , Braque sigue los experimentos cubistas de Picasso y Jean Metzinger, que también pasó por el puntillismo, siguió su camino hacia un cubismo analítico ortodoxo. .
Erich Heckel. Elgernder Mann, 1910 Kirchner. Fränzi in Carved Chair, 1910 |
Emile Nolde. Sol tropical, 1914 |
A la vez que el Salón de Otoño parisino, en Alemania aparece un grupo organizado de pintores llamado Die Brücke (El Puente). Se refiere éste a la apertura a todos los artistas revolucionarios o en fermento, en palabras de Emile Nolde. La unión se produjo en Dresde y, junto a Kirchner, fueron sus fundadores Bleyl, Heckel y Schmidt-Rottluff. Un año después se les unieron Nolde y Pechstein y, ya en 1910, Otto Müller. Van Dongen, que había expuesto junto a Matisse, De Vlaminck y Derain en el Salón, fue miembro de Die Brücke al año siguiente y favoreció su comunicación con los fauvistas. Sus ideas expresionistas suponen no someterse a leyes o disciplinas, solo a las presiones emotivas del propio ser